miércoles, 12 de mayo de 2010

Mal Trato

El habanero que se estaba comiendo a mordiscos le había enchilado hasta los dedos. Regresó ese cosquilleo junto a la nariz, y sin pensarlo se rascó el ojo con el dedo índice de su mano derecha.
-¡Puta madre! Ya me enchilé el ojo. - mientras se restregaba el párpado.
-Come un poco de sal para que se te pase.
-…
-¿Te recojo los platos?
-No sé que esperas.

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